El melón y la
sandía : las frutas del verano.
El melón y la sandía son las frutas más consumidas en los hogares españoles
durante el verano, al concentrar ambas variedades el 16,3% del total de fruta
fresca consumida y un 10,4% del presupuesto total gastado en este tipo de
productos, tal como se desprende de los datos del "Panel de Consumo de
Alimentación en el Hogar" que elabora el Ministerio de Medio Ambiente y
Medio Rural y Marino (MARM).
¿Como
debemos comprarlas?
1.-
Sandias .
Si la
compramos entera sabemos si está madura cuando la mancha de la cáscara que ha
estado en contacto con el suelo es de color amarillo cremoso. Una mancha blanca
o verdosa indica que se recogió antes de estar madura por lo que el fruto estará
pálido e insípido, la sandía es un fruto no climatérico por lo cual ha de recolectarse cuando está totalmente
madura. Un buen truco para elegir una sandía madura es golpearla con los dedos
o las palmas de las manos , si suena a
"hueco" está lista para comer.
La corteza no debe presentar cicatrices,
quemaduras de sol, abrasiones, áreas sucias, magulladuras u otros defectos.
Si la
compramos en trozos, conviene asegurarse de que la carne es firme y jugosa.
La
sandía se conserva en perfecto estado
durante dos semanas si se mantiene a unos 15°C, y hasta tres semanas a 7-10°C.
Debido a que es muy sensible al frío no debe mantenerse a temperaturas
inferiores a 7-10ºC. Su gruesa corteza le permite aguantar en buenas
condiciones durante bastantes días a temperatura ambiental.
La
sandía es la fruta que más cantidad de agua contiene (93%), por lo que su valor
calórico es muy bajo, unas 30 kilocalorías por 100 gramos. Nos aporta una
pequeña cantidad de vitaminas y minerales sobre todo
potasio y magnesio .

El color rojo de su pulpa se debe a la
presencia de licopeno un pigmento con acción antioxidante.
2.- Melones .
Es conveniente
escoger los melones que sean duros y sin marcas, con una retícula gris regular.
Los que tienen la piel muy verde han sido recogidos antes de tiempo. Cuando
están maduros tienen un olor dulce y delicado muy característico; si no tienen
fragancia hay que dejarlos madurar a temperatura ambiente durante unos cuantos
días.


Para saber si un melón está maduro, hay que tomarlo entre las manos con firmeza. Si al presionar suavemente la base, el lado opuesto a la mata, cede un poco, significa que está maduro.
No lo compre si esta pegajoso al tacto, muy blando , con manchas húmedas
en la piel , el pedúnculo tiene señales de podredumbre o se escucha un chapoteo al sacudirlo , todos
ellos son signos de que está demasiado maduro .

El melón maduro se ha de consumir lo antes posible, ya que se deteriora con rapidez . Una vez abierto, conviene guardarlo en la nevera cubierto con un film transparente, ya que desprende un olor muy fuerte y absorbe fácilmente el sabor de otros alimentos. Si está entero, lo podemos meter en el frigorífico antes de consumirlo , son suficiente una o dos horas para que este en su punto de frescor
El 80% de la composición del melón es agua, aportando unas 31 kilocalorías por 100 g ( puede tener mayor valor calórico en función del grado de madurez y de la variedad : tendral , piel de sapo , amarillo , galia ,honey dew , cantaloupe…)

Es rico
en beta-caroteno, con acción
antioxidante, en mayor o menor cantidad en función del color anaranjado en la
pulpa. El beta-caroteno se transforma en vitamina A esencial para la visión, el buen estado de la
piel, cabello, mucosas, huesos y el buen funcionamiento del sistema
inmune .
El melón
también aporta vitamina C
que interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos
rojos , favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a
las infecciones.

Los minerales que aporta en mayor cantidad son potasio, magnesio , calcio y sodio .