Recomendaciones para el exceso
de calor
Los días de
calor intenso obligan al cuerpo a un
esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal: se suda
más, nuestras venas se dilatan...
Este
esfuerzo es mayor:
- Durante una primera ola de calor:
el cuerpo aún no está acostumbrado a las altas temperaturas.
- Cuando el calor continúa
durante varios días o si los días y las noches son calientes.
- Cuando hay mucha humedad y no
hay viento.
Nuestro
organismo está compuesto de un 60% de agua. La pérdida de agua y sales
minerales por el sudor, si no se repone, produce síntomas como dolor de cabeza,
mareos, debilidad muscular o calambres, náuseas y vómitos e incluso pequeñas
elevaciones de la temperatura corporal.
El calor
puede producir desde irritaciones en la piel y calambres hasta un aumento de
temperatura tal, que puede llevarnos incluso a la muerte si no recibimos
atención médica urgente.

¿Qué podemos hacer para proteger nuestra salud?
Los
problemas de salud asociados a las altas temperaturas pueden evitarse con
medidas muy sencillas:
- Beba mucha agua o líquidos sin esperar a tener sed, salvo si hay contraindicación médica. Evite las bebidas alcohólicas, café, té o cola y las muy azucaradas.

- En los días de intenso calor permanezca en lugares frescos, a la sombra y si es posible pase al menos dos horas en algún lugar climatizado. Tome una ducha o un baño fresco.

- Baje las persianas evitando que el sol entre directamente. No abra las ventanas cuando la temperatura exterior es más alta. Evite usar máquinas y aparatos que puedan producir calor en las horas más calurosas. A partir de los 35ºC en el interior de la vivienda, un ventilador sólo mueve el aire, no lo enfría. Utilice todas las medidas tradicionales a su alcance.
- Haga comidas ligeras que le ayuden a reponer las
sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o
zumos).

- Evite las actividades en el exterior en las horas más calurosas, sobre todo si las actividades son intensas.
- Si tiene que permanecer en el exterior procure estar a la sombra, use ropa ligera y de color claro, protéjase del sol, use sombrero. Utilice un calzado fresco, cómodo y que transpire.

El calor no
afecta a todas las personas por igual, algunas tienen más riesgo:
- Las personas mayores, sobre todo las que viven
solas o son dependientes.
- Personas que están enfermas (enfermedad
cardiovascular, cerebrovascular, respiratoria, renal, neurológica,
diabetes...) o medicadas
(anticolinérgicos, antihistamínicos, fenotiazinas, anfetaminas,
psicofármacos, diuréticos, betabloqueadores...).
- Personas con facultades
mentales disminuidas.
- Niños menores de 4 años.
- Personas con mucho peso.
Las personas
que realizan trabajos intensos, en el exterior o actividades deportivas
intensas deben reducir su actividad en las horas de máximo calor, protegerse
del sol y beber abundantemente bebidas que repongan los líquidos y las sales
perdidas por el sudor (agua, zumos, frutas, gazpacho, bebidas deportivas o
rehidratantes...).
(Recomendaciones
del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad)
