La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su
primera guía mundial sobre los fármacos inyectables GLP-1 para tratar la
obesidad. El documento señala que estos medicamentos deben considerarse
esenciales, accesibles y parte central de las políticas de salud pública, al
tiempo que advierte que su disponibilidad sigue siendo limitada en muchos
países.
¿Qué son los fármacos GLP-1?
Los agonistas del péptido similar al glucagón‑tipo 1 (GLP-1) son compuestos que imitan la hormona intestinal GLP-1, regulando la glucosa y reduciendo el apetito. En los últimos años, varios de estos fármacos –como semaglutida y tirzepatida– han demostrado una pérdida de peso significativa en pacientes con obesidad, además de mejorar el control diabético.
Detalles de la guía mundial
La guía, elaborada por expertos de la OMS y revisada
por autoridades sanitarias de más de 30 países, incluye:
- Indicaciones clínicas: uso recomendado en adultos con índice de masa corporal (IMC) ≥30, o
≥27 con comorbilidades asociadas.
- Dosificación y administración: protocolos de inicio gradual para minimizar efectos adversos
gastrointestinales.
- Seguimiento y monitorización: criterios para evaluar la respuesta al tratamiento y ajustar la
dosis.
Acceso universal como prioridad
El documento califica a los GLP-1 como “medicamentos
esenciales” y exhorta a los gobiernos a garantizar su disponibilidad a través
de políticas de precios asequibles, negociaciones de licencias y
fortalecimiento de la cadena de suministro. La OMS subraya que, sin medidas de
acceso, la herramienta terapéutica tendría un impacto limitado en la lucha
contra la epidemia de obesidad.
Contexto global de la obesidad
Según la propia OMS, más de 650 millones de adultos
viven con obesidad, y la prevalencia ha aumentado en un 30 % desde 2010. La
adiposidad se asocia a enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedad
cardiovascular y ciertos tipos de cáncer, generando costos sanitarios elevados.
Desafíos y próximos pasos
Si bien la guía representa un avance, la organización
advierte que la falta de recursos, la desigualdad económica y la escasez de
infraestructura sanitaria pueden dificultar la implementación. Se propone un
plan de acción multilateral que incluya:
- Financiación internacional para subsidios en
países de bajos ingresos.
- Capacitación de profesionales de la salud en
el uso correcto de los GLP-1.
- Vigilancia post‑comercial para monitorizar
efectos a largo plazo.
Con estas medidas, la OMS busca transformar la
respuesta global a la obesidad, ofreciendo una alternativa farmacológica eficaz
y, sobre todo, accesible para la población que más la necesita.